La frecuencia óptima del baño puede variar según las preferencias individuales, el tipo de piel, el clima y la actividad física. En general, bañarse a diario o cada dos días es común para mantener la higiene personal, evitar malos olores y enfermedades que pueden prevenirse pero excederse en el baño diario con agua caliente y jabón fuerte puede eliminar los aceites naturales de la piel, causando sequedad e irritación.

En última instancia, la frecuencia ideal del baño puede diferir para cada persona. Es importante encontrar un equilibrio que mantenga la higiene sin causar efectos negativos en la piel. Adaptar la rutina de baño a las necesidades individuales y consultar con un dermatólogo si hay preocupaciones específicas puede ser beneficioso para mantener una piel sana.
No debemos de abusar, muchas personas practican el baño una vez a la semana y otros hasta un mes. Se han documentados casos muy exagerados donde las personas los hacen unas 10 veces al año.