San Pedro de Macorís, República Dominicana.- La desigualdad social está presente en el diario vivir de cada dominicano, la lucha por la sobrevivencia se lleva en todos los terrenos, la escasa preparación académica expone a los menos disciplinados y educados.
La sociedad ha dado un giro sustancial hacia el mal, tomando en cuenta el proxenetismo o lenocinio familiar, este delito que consiste en obtener beneficios económicos de la prostitución a costa de las hijas o hijos adolescentes desde los 15 hasta los 17 años, y meses antes de cumplir la mayoría de edad. En otros casos menos comunes desde los 13 hasta los 14 años de edad. El modus operandi es el siguiente:
Los adultos, sean padres o tutores entrenan a los adolescentes, a la vez les indican que su oportunidad está antes de cumplir los 18 años de edad, informándoles sobre la gran cantidad de dinero que pueden obtener; en ese sentido, el paso a seguir; es conseguir una victima, la cual usarán como presa pero que aparentará ser el agresor sexual ante la sociedad y las autoridades. Éste debe tener entre 18 a 30 años de edad, pero si es un hombre bien adinerado, de 30 a 45 años de edad es permisible para sus propósitos.
Es en esta fase que inicia el negocio de las CUCAS, la pinza que apretará y sujetará al individuo hasta donde los criminales organizados deseen. Dadas las condiciones deseadas, y consumado el hecho sexual entre las o los adolescentes con el adulto; se procederá al paso de persecución, intimidación, hostigamiento, amenazas y al final al cobro.
En las investigaciones que hemos realizado, pudimos ver el funcionamiento de esta red, que a su vez aprovechan las debilidades del sistema jurídico. Tómese en cuenta que en una misma familia han realizado esa misma operación en más de 5 adolescentes, la inobservancia de las autoridades deja un gran hueco ante estas eventualidades.
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